Los buenos cambios toman tiempo.

Los buenos cambios toman tiempo.

 Hace poco me preguntaba sobre qué debía volver a escribir. Hay tantas cosas pasando por mi vida en este momento que me cuesta verlo en perspectiva. Hasta que vi un post de Alfonso Aguirre, uno de mis gurús de Instagram a quien admiro por su manera de comunicar ideas y su estilo de vida. Entre las cosas interesantes que sube, vi un post que me hizo clic. La frase inicial decía “Toma tiempo”, y luego seguía “hay cientos de no’s para cada sí”… y me quedé analizándola. ¿Cuánto tiempo nos toma alcanzar algo cuando realmente lo deseamos? ¿Cuántas veces decidimos desistir en el proceso porque lo que queremos lo vemos inalcanzable?

Si eres nuevo o es tu primera vez leyendo el blog, te pongo un poco en contexto. Me mudé hace poco a un nuevo país, y me tomó 3 o 4 años tomar esa decisión. Verbalizarlo me hace cuestionar por qué me tomó tanto decidirme, y aunque la respuesta puede parecer simple, es mucho más compleja de lo que parece. Entre no querer dejar a mi familia porque sentía que los estaba abandonando, tener mucho miedo de hacerlo y no tener ni idea de dónde quería vivir. 

Romper las expectativas es difícil. Muchas veces mi mente me martillaba con la idea del “lugar perfecto” o el “momento perfecto”. Sin embargo, cuando iba probando destinos, me daba cuenta de que no había nada que lo fuera. A pesar de eso, mi intuición me decía que mudarme era lo que necesitaba para crecer, aprender y madurar en muchos sentidos. Así que, sin una ruta muy trazada, lo hice. 

Hay millones de ejemplos similares. A menudo nos atormenta la ansiedad de querer estar en un punto en el que ganemos el doble en nuestro trabajo, nos graduemos por fin de esa carrera interminable, vivamos en otro país como yo, tengamos esa pareja o ese estilo de vida que creemos inalcanzable. Pero después de estar del otro lado, aprendí que los buenos cambios toman tiempo y que se necesita atravesar un proceso de días, meses o años.

 En todo caso, lo más importante siempre es saber el qué; el cómo llega de la manera en que menos lo esperamos. Nos encontraremos con versiones de Los buenos cambios toman tiempo. 2 nosotros mismos que no nos gustan o no nos acomodan, perderemos lo que creemos que era clave, romperemos estructuras (y dejaremos amores o amistades en el proceso), y cuando eso pase, recuerda que ahí está el secreto: aprender a convivir con el cambio y aceptarlo. 

A mi yo del pasado le dedico la frase de la canción No hay más que hablar de Morat que dice: “Yo no cambié, sólo aprendí a vivir sin ti”, porque es muy cierto. Me aferraba mucho a mi yo del pasado que se comportaba de cierta manera, pero no me daba cuenta de que esa versión era la que no me permitía crecer y lograr lo que realmente quería. Si sueñas algo con todo tu corazón, trázate un plan con opción A, B y C. Y si por casualidad de Dios o la vida, este se modifica, fluye con él y decide en el proceso.

Con amor,

 Canela y Miel