Lidiando con la imperfección, sin huir.
Estas dos últimas semanas tuve la energía y la mente muy bloqueadas. Tenía tantos posibles temas, que no encontraba el correcto, el perfecto. Sin embargo, hicieron falta un par de cachetadas de la vida (y de Dios) en los últimos días para darme cuenta de que sí tenía mucho de que escribir, y que era precisamente lo que me estaba matando la cabeza últimamente, lo que tenía que sacar como un recordatorio para el ego, de que este proceso empezó por y para nosotras (por y para mí) no para que el mundo lo leyera, por tanto, no había tema perfecto. Y bueno, empecemos por definir perfección… Es tan subjetiva como irreal. ¿Cuántas veces vamos por la vida alcanzando eso que solemos llamar perfección, y que no es más que la construcción social de creencias viejas de nuestros papás, amigos y personas que llegaron a nuestra vida y fueron insertándolas sin ni siquiera pedir permiso? Estamos esperando el trabajo perfecto, el lugar ideal para vivir, una familia perfecta, una pareja sin errores que ...