Adulting
El otro día, cepillándome los dientes a las 11 de la noche, después de haber tenido un día horrible, super enferma, con ganas de dormir profundamente, así como cuando en serio sientes que se te resetea la vida, fumé un poquito y vino la idea repetitiva de la adultez. Repasé en mi mente las cosas que había hecho en el día, cosas que hago diariamente sin que me lo pida nadie. Me levanté temprano, organicé (a medias, tampoco les voy a mentir), trabajé, almorcé cualquier ensalada mediocre con pollo en el restaurante más gringo y desabrido que te puedas imaginar, fui a “estudiar” y regresé a casa, lavé los platos y me cepillé los dientes a las once de la noche, justo antes de dormir. Pucha, me vi al espejo y supe que hago esto todos los días. No exactamente lo mismo, pero hago que mi vida se mantenga en la línea de la independencia todos los días. No puedo simplemente resumirlo en días o semanas, es que llevo años haciendo lo mismo, en piloto automático, siendo adulta sin darme cuenta ...