Mil y un aeropuertos
Hoy estoy sentada tomando un café que me recuerda a casa en uno de los lugares que más me ha visto crecer. Ese aeropuerto que tres años atrás me había recibido llena de incertidumbre, de miedo y hambre hoy me ve crecer... hoy me ve lista para avanzar. Puede parecer ridículo lo que estoy escribiendo. Tanto, que hasta yo misma lo cuestiono. Para dar contexto, desde que me gradué de la universidad he hecho lo que mi niña interior siempre quiso: Viajes, amigos, aventura y movimiento. Estuve mucho tiempo viviendo aquí y allá, conociendo a muchas personas, saltando y saltando. Me sentía ‘la rara’, la oveja negra de mi familia, la inestable. Después de mucho tiempo en terapia, descubrí que era parte de mi personalidad no querer afrontar las emociones incómodas y más bien, evadirlas. Atrasé el dolor, la tristeza y el miedo hasta que me llevó a lugares en los que me estrellé muy fuerte. No fue la mejor manera de darme cuenta, pero eran las herramientas que me permitieron ser consciente de cómo ...