Mil y un aeropuertos

Hoy estoy sentada tomando un café que me recuerda a casa en uno de los lugares que más me ha visto crecer. Ese aeropuerto que tres años atrás me había recibido llena de incertidumbre, de miedo y hambre hoy me ve crecer... hoy me ve lista para avanzar. Puede parecer ridículo lo que estoy escribiendo. Tanto, que hasta yo misma lo cuestiono.

Para dar contexto, desde que me gradué de la universidad he hecho lo que mi niña interior siempre quiso: Viajes, amigos, aventura y movimiento. Estuve mucho tiempo viviendo aquí y allá, conociendo a muchas personas, saltando y saltando. Me sentía ‘la rara’, la oveja negra de mi familia, la inestable. Después de mucho tiempo en terapia, descubrí que era parte de mi personalidad no querer afrontar las emociones incómodas y más bien, evadirlas. Atrasé el dolor, la tristeza y el miedo hasta que me llevó a lugares en los que me estrellé muy fuerte. No fue la mejor manera de darme cuenta, pero eran las herramientas que me permitieron ser consciente de cómo me sentía.

Cuando eres un alma inquieta, hiperactiva o curiosa, puedes llegar a no encontrar esa paz tan fácilmente, puedes llegar a tardar años (como yo) o pasar la vida sin conocerla. Hoy puedo decir que ha sido un viaje largo y lleno de emociones (como suele serlo siempre) pero esta vez se siente diferente, se siente en paz.

He pasado varios años de mi vida atravesando emociones incómodas: Ansiedad, miedo e incertidumbre... Me he estrellado tanto, que me había acostumbrado a vivir tratando de encajar piezas y encontrar respuestas forzadamente y en contra del tiempo. Hoy, desde el otro lado del cuento, puedo decirte con certeza que he descubierto que no hay paz sin tormenta (si, muy cliché pero cierto). Y no, no se trata de querer solucionar la vida hoy. Se trata de ser conscientes de lo que nos duele hoy para poder sanarlo y que así podamos estar en paz. Y sí, sé que es muy difícil, casi imposible, pero vivir las emociones es la única manera de dejarlas ir.

No puedo decir que mañana no me vuelva a sentir incómoda, o que tu nunca más vuelvas a sentir lo que sientes hoy, pero puedo decirte que huir solamente va a generar más heridas e incomodidad en ti. Dolió e incomodó, pero puedo decir que estoy lista para avanzar... y es que ¿cuántas veces estamos listos para dar un salto en nuestras vidas? ¿Un chance en el amor? ¿Un cambio de trabajo? ¿listos para mudarnos de ciudad o cambiar de vida? O simplemente listos para consolidar la vida que ya tenemos creada… ¿Tienes algo que todavía te incomoda? ¿que no te cierra? ¿que te duele? Vívelo, afróntalo para sanar, soltar y avanzar.

Estarás bien, con amor

Canela y Miel.

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